¿En qué consiste el Aprendizaje Experiencial Optimista?

Dicen los expertos que para retener lo aprendido esta la fórmula del 70-20-10

• El 10 % se adquiere a través de Cursos y lecturas
• El 20 % se aprende a través de la observación del entorno y de las personas
• El 70 % se obtiene a través de la experiencia personal mediante la vivencia y la resolución de problemas

Es decir, que retenemos más y mejor si lo vivimos en primera persona, si experimentamos algo directamente, y lo aceptamos mediante la prueba y error, y la experiencia personal que sentimos como propia.

Tanto es así que la posibilidad de cambiar hábitos y comportamientos viene a través de experiencias, de mayor o menor impacto según el tipo de persona, que pueden influir para esos cambios.

Siempre se ha dicho que un hecho traumático puede cambiar nuestros hábitos. Si tenemos hábitos poco saludables y nos da un infarto, del cual salimos vivos, entonces cambiaremos rápidamente nuestra forma de vida.

¿Pero podemos aprender sin tener que experimentar un trauma o un impacto negativo?

El Aprendizaje Experiencial Optimista supone un método de aprendizaje a través de experiencias placenteras, alegres, ilusionantes y con sentido del humor. El aprendizaje positivo genera un recuerdo agradable que logra retener nuestro cerebro y lo desarrolla para aprender de esa vivencia y poder gestionar su vida de forma positiva.

Si logramos desarrollar habilidades y destrezas a través de impactos positivos, el recuerdo queda sellado en nuestro cerebro como algo que nos agrada, que produce gozo a nosotros y posiblemente a los demás, por lo que nuestro deseo es de tener el grado de satisfacción para poder gestionar los recursos suficientes para enfrentarnos a problemas o situaciones complejas que suponen retos para nuestra forma de actuar.

El Optimismo no consiste en afrontar todas las situaciones con la idea de que saldrán bien, sino que más bien se fundamenta en afrontar cualquier situación de manera que estamos convencidos de que sea cual sea el resultado podemos superarlo y gestionarlo de la manera más adecuada posible.

El Aprendizaje Experiencial Optimista supone un método de aprendizaje a través de experiencias placenteras, alegres, ilusionantes y con sentido del humor.

Las herramientas optimistas nos dan recursos para poder sobrellevar un fracaso… ¡¡¡y un éxito¡¡¡. O como dice un buen amigo: “Que un éxito de mierda no nos joda la vida”.

Se trata de poder activar la parte del cerebro que nos pone en una situación de alerta para tener las habilidades necesarias que insuflan el optimismo de “todo va a salir bien” o su sucedáneo “no tiene por qué salir mal”, y que nos ayuda a prepararnos para afrontar la situación si no sale como la teníamos prevista, de manera que podamos superar y convertirla en algo que nos ayude a superarnos y a retarnos personalmente y a nuestro entorno.

Por eso el Liderazgo Optimista se genera a través de la superación de adversidades con el Ejemplo, y el acompañamiento de las personas mediante el apoyo constante y la Empatía, para poder superar cualquier tipo de situación o percance. Supone afrontar un revés o infortunio con la posibilidad de gestionar una Actitud de superación y evolución de nuestras habilidades, para conseguir un progreso adecuado en nuestros resultados.

Por eso hablamos de Alegría Inteligente que es la actitud que supone un acercamiento a la realidad de la situación de manera positiva y consciente de que la victoria forma parte de cómo actuamos y como nos afectan las cosas que ocurren.

Por eso el Aprendizaje Experiencial Optimista hace que podamos vivenciar aquellas prácticas que queremos anclar en nuestro cerebro a través de un modelo positivo que conduce a un cambio de comportamiento y actitud acercándonos a posturas alegres y optimistas a través del sentido del humor, la empatía y la felicidad.

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